Revista «LA PITERA»-Asociación de Mujeres de Callosa de Segura

La esperanza y la solidaridad nos hace fuertes en esta larga  espera

Koría es una joven Saharaui que llegó a España a pasar un verano, con tan solo 7 años, como todos los niños y niñas saharauis que vienen el programa “Vacaciones en paz” cada verano. Al finalizar el verano sus problemas de salud no le permitieron regresar con su familia, como estaba previsto en un principio. Ella le costó asumir que no regresaría con su familia y nosotros aceptamos quedarnos con ella, pensando que serian unos meses como otros casos similares habían pasado en nuestro pueblo, pero lo que inicialmente era para un poco tiempo se convirtió en 10 años y medio, debido a su salud y sin tener el alta medica todavía.

Durante ese tiempo una vez que aceptó que tenía que estar aquí, se incorporó a la colegio adaptándose muy bien y a pesar de no saber hablar, ni leer, ni escribir nada en español, se adaptó muy bien y sus ganas por aprender eran inmensas, cada día descubría algo nuevo que la motivaba a ser feliz y superarse.

Recuerdo que los profesores y profesoras le llamaban la niña más feliz y aplicada del colegio, porque para ella, todo era nuevo y eso le hacia ir descubriendo un mundo diferente y su vida transcurrió entre visitas al hospital y su empeño por aprender y saber cada día más. Entendió que su estancia aquí, debía aprovecharla para  sacar unos estudios y ser de provecho para su pueblo el día de mañana. Consiguió llegar a 2º  de bachillerato, con total éxito y buenas notas, siendo considerada como una alumna excelente, en comportamiento y académicamente. Así mismo, sirvió de embajadora de su pueblo, ya que aprovechaba cualquier actividad de tipo cultural, para dar a conocer la situación en la que vive su pueblo.

 

Durante estos 10 años y medio, nunca pudo ir a visitar a su familia porque no le facilitaron  los dirigentes del POLISARIO ningún pasaporte. En el año 2009 tiene que ser intervenida quirúrgicamente de sus problemas cardíacos, es entonces cuando por medio del POLISARIO en contacto con la Consellería de Bienestar Social consigue documentos y los permisos necesarios para poder ser intervenida de sus problemas. En ese momento es cuando se inicia un proceso de regularización de sus documentos y así consigue todo para poder viajar a ver a su familia, como así era su deseo.

Una vez que tuvo el pasaporte decidimos pasar 20 días con su familia, en la Navidades del 2010. Todo transcurrió con total normalidad durante la visita, incluso la noche anterior al viaje le recomendaban lo que debía estudiar. Pero al día siguiente, cuando nos preparábamos para el regreso, ocurrió lo que no estaba previsto, la enviaron al mercado a 500 metros de la casa y ya no regresó, su padre y unas primas la cogieron y la echaron en un coche y se la llevaron al desierto, donde no le permitieron despedida alguna de nosotros y ni a ella ni a nosotros nos dieron explicación alguna.

Tuvimos que regresar sin saber nada de ella y al llegar a España recibimos una llamada de teléfono, donde nos dejó un mensaje en el contestador de casa con las siguientes palabras “ Mama soy Koría, mi familia me ha secuestrado, no sé si tú lo sabes, me llevan al campo, intentaré volver con mi hermana dentro de un mes, espero que estéis todos bien y espero hablar con vosotros”. Asi mismo, dejó otro mensaje en el móvil que dice los siguiente. ”Os quiero muchísimo, gracias por todo y lo siento mucho, volveré con vosotros, necesito que me alargues el visado. Voy al campo. Adiós os adoro”. También se produjo una llamada perdida a mi móvil, desde el de su hermana, yo llamé y me contaron que Koría estaba ingresada en el Hospital, me dejaron hablar con ella y me contó como habían ocurrido los hechos de su desaparición. Y que cuando se iban al campo. Tuvo una perdida de conocimiento y fue ingresada. Sus palabras fueron “sácame de aquí, no

sé cuanto tiempo voy a durar”. Desde ese día, ya no hemos podido hablar con ella, ni nadie de la familia nos da explicaciones sobre su salud. Hemos realizado mil acciones, en pro de poder hablar con ella y con su familia y que pueda decidir su futuro. Nos hemos entrevistado con representantes del POLISARIO en España y en los Campamentos, así mismo, nos hemos dirigido a todos los grupos políticos de España, se ha puesto en conocimiento de la Fiscalía, hemos salido en prensa a nivel nacional y un largo etc. Imposible de resumir. Y hasta el día de hoy que han pasado más de dos años, no hemos podido ni verla, ni hablar con ella, ni saber nada sobre su salud. Todos nuestros esfuerzos no han dado resultado hasta el momento.

Pero hay algo muy bonito en toda esta historia, y es el movimiento de solidaridad que se ha generado alrededor de nosotros, todos con la intención de que Koría decida en libertad su futuro.

Sus compañeros y compañeras han hecho actividades para recoger dinero y cuando hicieron la orla de final de bachiller la pusieron para tenerla presente siempre. Para ellos, su silla está intacta esperando que ella vuelva a sentarse. Esta es solo una de tantas y tantas acciones de cariño y solidaridad que hemos tenido.

Hemos sufrido mucho y sabemos que Koría también. Lo peor de todo es el aislamiento al que está sometida. Allí su opinión no cuenta para nada, después de haberse criado en un ambiente de diálogo en donde su opinión era tenida siempre en cuenta.  Nosotros hemos aprendido la verdadera solidaridad y hemos podido descubrir el lado oscuro que hay detrás de este caso, que no es el único. Pues la mayoría de las mujeres de esa edad sufren este tipo de situaciones. La mujer es para mantener la población y no importa lo que ellas quieran hacer con su vida, ni su enfermedad, ni nada, por desgracia. Mientras son niñas se olvidan de que están en otro país y cuando llega la hora de poder ser madres tienen que estar allí. Hemos conocido la parte más oscura de toda esta historia y es que la mujer es un objeto que se utiliza como útero y nada más.

 

Seguimos teniendo la esperanza de que Koría esté con nosotros exactamente igual que el primer día o quizás con mayor fuerza, gracias a la solidaridad de todas las personas que nos han acompañado en este viaje por la vida.

Solo me quedan palabras de agradecimiento para todas esas personas que han compartido con nosotros, bien de cerca o desde la distancia, nuestros momentos de amargura, de desesperación, por no saber nada de ella. Gracias a todos y todas.

Y para terminar lo hago con un poema del libro solidario que me encanta, porque refleja todos los deseos que Koría tiene y digo tiene, porque estoy segura que los mantiene intactos.

ALAS PARA KORÍA

 Dejasteis que le crecieran las alas,

permitisteis que agitara sus plumas,

consentisteis que aprendiera a volar…

y voló.

Inocente se dejó llevar por la corriente,

ascendió confiada a las alturas,

descubrió que el mundo era más grande…

y soñó.

Planeando entre nubes de ternura,

entibiada por un sol benefactor,

se dibujó un futuro azucarado…

y amó.

Un día oscuro y aciago tomó tierra,

sin aviso le atasteis las alas a la espalda

con cadenas oxidadas de arena y sol…

y lloró.

 

Maldigo vuestra trampa sin nombre,

clamo contra vuestro cálculo diestro,

aborrezco vuestras cadenas odiosas,

me rebelo ante vuestro silencio poderoso…

y quiero alas.

Alas,

muchas alas.

Alas risueñas de arco iris,

alas rebeldes con causa,

alas de batir solidario,

alas inquebrantables de esperanza

alas eternas de libertad,

alas poderosas de amor,

alas blancas de paloma de la paz.

Alas,

muchas alas,

todas las alas que puedan volar

hasta la tierra donde mueren los sueños

entre el silencio de las dunas infinitas.

 

Alas,

muchas alas

para desatar las cadenas de siempre,

para alentar futuros cuajados,

para volar libres sobre la patria propia.

 

Alas,

muchas alas

para un pueblo que quiere ponerse en pie,

para que surque el aire liberado.

Para que vueles, tú que aprendiste sola.

 _{2011.08.03   De Tomás Vte. Martinéz.}

Bienvenida Campillo Lorca

Madre de acogida de Koria Badbad Hafed